El primer domingo de Adviento es el primer día del Nuevo Año
Litúrgico para la Iglesia Católica y en esta ocasión, en el Evangelio
(Mateo 24,37-44),
Jesús nos anima a “estar siempre despiertos".
Esto debe ser el principio de un renovado año en el que debemos
seguir creciendo en un ambiente de armonía y amor familiar. El cual
debemos buscar también en aquellos ambitos en los que cada uno nos
relacionamos, ya sea en la escuela, el trabajo, el vecindario, etc.