Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a
sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en
Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban
ramas de árboles alfombrando el paso. Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"
Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la
capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y
recibieron con palmas y ramos gritándole “hosanna” que
significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les
respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”.