Una vez más nos encontramos en Adviento, tiempo que nos invita a preparar
nuestro corazón para la llegada de Jesús. Este año Jesús viene a nosotros en un
momento conflictivo a nivel mundial.
Los últimos acontecimientos que estamos viviendo a nivel nacional e
internacional nos hacen una llamada a luchar por la paz, los derechos humanos,
la solidaridad, la no-violencia.
Vivimos en un mundo en el que lo que pasa a nuestro lado apenas tiene
significado. Nos impresiona lo inmediato, lo casual, la noticia... pero nos
sentimos impotentes para solucionar determinadas situaciones de guerra, odio,
violencia y sin razón.
Una vez más Jesús llega a nosotros recordándonos, como a los pastores, que su
mensaje es un mensaje de paz, amor, unidad, fraternidad…
Frente a esto, la lucha por la justicia, las muestras de solidaridad de tantas
y tantas personas que no se conforman con su bienestar económico y social y
abren su corazón a los demás. El constante esfuerzo de muchos por mantener un
planeta habitable, limpio y equilibrado.
En medio de todo esto nos encontramos nosotros: profesores, alumnos...
planteándonos vivir un tiempo de Adviento, ¿Cómo preparar nuestro corazón para
la llegada de Jesús? ¿Cómo vivir una Navidad de verdad?
El universo está repleto de estrellas, ellas nos orientan cuando nos
perdemos en el camino, nos conducen a nuestra meta y con su luz nos
alumbran en la noche.
Elegir una estrella no es fácil, y
elegir un grupo de estrellas que nos lleven a vivir en sintonía con los
valores tampoco es fácil, pero sólo seremos felices si luchamos día a
día por transformar nuestro corazón, dejándonos invadir por su brillo e
intensidad.
Se trata pues de “buscar la estrella”, esa estrella que nos ayude a ser más persona, a ser sensibles a las
necesidades de los demás, y, en definitiva, a ser “Jesús” para los que
están a nuestro lado y para los que no lo están pero sabemos que existen
y sufren.