«... Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, a tus manos encomiendo mi
espíritu”. Y, dicho esto, expiró.»
Hoy
empezamos propiamente la Celebración de la Pascua. Pascua significa «paso»,
el tránsito de Jesús de la muerte a la nueva vida. Hoy es el primer acto de
este paso.
Muerte
y resurrección se celebran con una gran unidad: la memoria de la muerte, hoy
está llena de esperanza y de victoria, mientras que la Vigilia Pascual de
mañana no sólo recordará la Resurrección, sino todo el dinamismo del paso de la
muerte a vida.
En el día de hoy, aunque no celebramos la Eucaristía, destacamos tres momentos importantes en la celebración.
La lectura de la Pasión:Es
el centro de la celebración de este día.
La adoración de la cruz:Es
otro momento importante. La comunidad cristiana expresa sus sentimientos al
contemplar y adorar la cruz, como principio de la Pascua. El
beso de la Cruz es el signo de nuestra respuesta de amor al Amor que dio
su vida por nosotros.
La oración universal:Es
la oración en la que el pueblo ruega por todos los hombres. Hoy es el día en el
que el pueblo participa de ese sacerdocio de su Señor e intercede por las
grandes intenciones de la Iglesia, la humanidad y el grupo. Este
día está centrado todo él en la Cruz del Señor. Pero no con aire de tristeza,
sino de celebración: la comunidad cristiana proclama la Pasión del Señor y
adora su cruz, como el primer acto del Misterio Pascual.