Hoy
es un día especial para todos los cristianos, bueno un día especial no, el día más
especial. Después de celebrar el Jueves Santo la institución de la Eucaristía,
el Viernes Santo la muerte de Jesús, El Sábado acompañar a María, nuestra madre
y madre de Jesús en su dolor. Hoy, celebramos el Domingo de Resurrección o de
Pascua, que es la fiesta más importante para todos los cristianos, ya que con
la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión. Cristo
triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa
dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el
Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá
prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La
Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no
podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados,
demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte. La
Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa
misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la
Resurrección por medio de sus palabras y su testimonio.